domingo, 9 de septiembre de 2012

Historia de la Tampografía

Es en la industria de la alfarería inglesa, a comienzos del siglo XX, cuando se empleaban sistemas de transferencia, para decorar piezas, con vejigas urinarias de cerdo que se inflaban a modo de tampones.
Tengamos en cuenta que era una industria que estaba acostumbrada a una alta calidad en sus decoraciones y la Tampografía cumplía con sus expectativas.
Posteriormente es utilizada por los maestros relojeros suizos para imprimir las esferas de los relojes.
Son ellos los primeros que empiezan a hacer fotograbados en planchas de cobre para el marcaje de relojes.
Hacían manualmente el barrido de la tinta a mano sobre el cliché con una especie de cuchilla y transferían la imagen a la esfera a través de unos tampones que se fabricaban de gelatina animal.
Obtenían unos resultados sorprendentes.
Un mecánico grabador suizo pensó en mecanizar el sistema y es cuando aparece la primera máquina de tampografía.
Pero seguía siendo todo manual y la industria relojera suiza, cada vez con mayor demanda, necesitaba agilizar el proceso.
En la década de los 60, un inventor alemán, el Sr. Wilfried Philipp, experimenta ya con un prototipo de máquina.
En el año 1971 es cuando presenta la primera máquina electromecánica de tampografía.


A partir de esa fecha los relojeros suizos realizan el primer gran pedido de cien máquinas y empieza la fabricación de las mismas.
En la década de los 80 los fabricantes de maquinaria las introducen en Norteamérica, donde se empiezan a realizar automatizaciones para diversos productos: cassettes, jeringuillas, estilográficas, etc.
Aquí es cuando empieza ya la Tampografía a tener presencia en la industria.
Posteriormente se incorpora un tintero cerrado que permite por un lado la no evaporación del disolvente y por otro una mayor limpieza para trabajar.
Hoy en día, esta técnica, tiene un papel destacado en toda la industria.
Desde el sector juguetero al sector sanitario y farmacéutico, pasando por el de la automoción, aeronáutica, envases y botellería.
Se adapta a cualquier producto de una manera económica y con unas velocidades de impresión cada vez mayores.
El presente de la Tampografía es algo más esperanzador. En otras técnicas, como la Serigrafía, los plotter de impresión digital, tanto gráficos como textiles, han ido ocupando cuota de mercado.
La no limitación en cuanto a la forma del objeto, la fácil introducción de cabezales de impresión en las mismas líneas de producción, las cada vez mayores velocidades, la rapidez de preparación incluso en series cortas, unido a las altas calidades de las tintas, los clichés y los tampones le ayudan a ello.

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