Es
en la industria de la alfarería inglesa, a comienzos del siglo XX,
cuando se empleaban sistemas de transferencia, para decorar piezas,
con vejigas urinarias de cerdo que se inflaban a modo de tampones.
Tengamos
en cuenta que era una industria que estaba acostumbrada a una alta
calidad en sus decoraciones y la Tampografía cumplía con sus
expectativas.
Posteriormente
es utilizada por los maestros relojeros suizos para imprimir las
esferas de los relojes.
Son
ellos los primeros que empiezan a hacer fotograbados en planchas de
cobre para el marcaje de relojes.
Hacían manualmente el barrido
de la tinta a mano sobre el cliché con una especie de cuchilla y
transferían la imagen a la esfera a través de unos tampones que se
fabricaban de gelatina animal.
Obtenían
unos resultados sorprendentes.
Un
mecánico grabador suizo pensó en mecanizar el sistema y es cuando
aparece la primera máquina de tampografía.
Pero
seguía siendo todo manual y la industria relojera suiza, cada vez
con mayor demanda, necesitaba agilizar el proceso.
En
la década de los 60, un inventor alemán, el Sr. Wilfried Philipp,
experimenta ya con un prototipo de máquina.
En
el año 1971 es cuando presenta la primera máquina electromecánica
de tampografía.
En
la década de los 80 los fabricantes de maquinaria las introducen en
Norteamérica, donde se empiezan a realizar automatizaciones para
diversos productos: cassettes, jeringuillas, estilográficas, etc.
Aquí
es cuando empieza ya la Tampografía a tener presencia en la
industria.
Posteriormente se
incorpora un tintero cerrado que permite
por un lado la no evaporación del disolvente y por otro una mayor
limpieza para trabajar.
Hoy
en día, esta técnica, tiene un papel destacado en toda la
industria.
Desde
el sector juguetero al sector sanitario y farmacéutico, pasando por
el de la automoción, aeronáutica, envases y botellería.
Se
adapta a cualquier producto de una manera
económica y con unas velocidades de impresión cada vez mayores.
El
presente de la Tampografía es algo más esperanzador. En otras técnicas, como
la Serigrafía, los plotter de impresión digital, tanto gráficos como textiles, han ido ocupando
cuota de mercado.
La
no limitación en cuanto a la forma del objeto, la fácil
introducción de cabezales de impresión en las mismas líneas de
producción, las cada vez mayores velocidades, la rapidez de
preparación incluso en series cortas, unido a las altas calidades de
las tintas, los clichés y los tampones le ayudan a ello.
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